La piel se siente irritada, agrietada, seca, aparece acné. En definitiva, notamos nuestra piel diferente. ¿Lo notaste? Bueno, no estás solx.
Y tiene explicación, y es que principalmente: Todxs estamos lidiando con mucha incertidumbre y cambios en nuestra rutina diaria. Y son muchos los factores que inciden en que la piel se sienta diferente y aparezcan características que no nos gusten mucho. Y no estamos hablando solo de cuidado facial.
Empecemos con la primer variable: el sueño. Puede ser que tu hábito de 8 horas de sueño haya cambiado. Y sí, ya no hay que apurarse a levantarse de la cama para ir al trabajo, o nos quedamos hasta largas horas de la noche viendo Netflix. Y el sueño es un factor que influye mucho el estado de nuestra piel. Para explicarlo rápido: El sueño es cuando nuestra piel produce la mayor parte de su colágeno y genera el reemplazo de las células muertas de la piel. Por eso sentimos y vemos nuestra piel más joven y brillante por la mañana. Sin un horario de sueño adecuado y constante estás privando a tu piel de su ciclo de regeneración, que puede alterar los niveles de PH, provocar brotes como el acné o irritación y eliminar su brillo natural. Nuestro consejo: Regularizá lo que más puedas los horarios. Recordá que necesitas 8 horas de sueño. ¡Despertador por la mañana! Para poder dormir bien de noche.
El segundo factor, y super importante, es el alimento. Debido a la conexión mente-intestino-piel, lo que comemos incide directamente en cómo está y cómo se ve nuestra piel. Los malos hábitos alimenticios, como el exceso de azúcar, o alimentos refinados, pueden provocar el síndrome de intestino permeable, que puede causar una reacción inflamatoria de la piel. Ni hablar de esos alimentos que sabemos que producen acné. Nuestra recomendación: No te prives de cosas que son ricas y te hacen feliz, pero comé balanceado. Ya lo sabés: frutas, verduras, proteínas, ¡Y mucha agua!
Quizás estes bebiendo mas alcohol de lo habitual en este momento, ( tranqui, no te vamos a juzgar ), y esto puede aumentar los niveles de deshidratación, provocando inflamación, hinchazón y enrojecimiento debido a la dilatación de los vasos sanguíneos. Bueno, el consejo es fácil: limitá tu consumo de alcohol y, de nuevo, ¡Tomá mucha agua!
Al no salir de casa y estar mucho tiempo dentro de ella, estamos constantemente privados de la luz directa del sol. Y si bien es cierto que hay que cuidar nuestra dermis de la exposición larga y directa, nuestra piel necesita su dosis diaria de vitamina D para reparar y reconstruir nuestra piel. Además, dentro de nuestros hogares prima el aire seco, en vez del aire húmedo que estamos acostumbrados en el exterior, y el que necesita la piel para mantener su humedad. Por eso es importante que tu piel reciba el aire externo y un poquito de sol. Si tenés terraza, tomá el sol de la mañana que es el mejor ( no te olvides de protector solar ). Si entra un rayito de sol por la ventana: ¡Aprovechalo! Y sino, cuando salgas a hacer las compras, date una vuelta y recibí la energía solar en toda la piel del rostro: eso si, no te olvides la mascarilla.
Por último, y no menos importante, es probable que estés pasando muchos momentos de estrés y ansiedad. La situación coyuntural es propensa a hacernos sentir en alerta o con miedo constante. En este punto es importante que sepas que todxs estamos viviendo lo mismo, y que pidas ayuda o llames a algún amigx para distenderte o hablar de todas las preocupaciones. Si te sentís abrumado por las noticias, podés silenciarlas, apagar pantallas y leer un libro o ver una película que te haga pensar en otra cosa. Ahora, ¿Por qué hablamos del estrés referido a la piel? Porque el aumento de niveles de cortisol ( la hormona que libera el cuerpo cuando estamos bajo estrés ), es en gran parte culpable de esos brotes desenfrenados e irritación en la piel. El cortisol estimula las glándulas sebáceas para que produzcan más aceite: lo que conduce al acné. El cuerpo también experimenta una disminución en la tasa de renovación de las células del a piel, lo que provoca una acumulación de piel muerta que dará como resultado una tez opaca.
Entonces: ¿Existe la piel de cuarentena? Claro que sí. ¿Y cómo tengo que cuidarla para que se vea mejor? De adentro hacia afuera, siempre.